Revisión diaria de espigas tras cada paseo

Revisión diaria de espigas tras cada paseo

Índice

  1. Qué son las espigas y por qué son peligrosas para los perros

  2. Dónde y cuándo aparecen con más frecuencia

  3. Cómo afectan las espigas al perro

  4. Síntomas de que una espiga se ha clavado

  5. Zonas del cuerpo más afectadas

  6. Cómo prevenir problemas con espigas

  7. Qué hacer si crees que tu perro tiene una espiga

  8. Revisión diaria: el mejor escudo contra las espigas

  9. Conclusión

1. Qué son las espigas y por qué son peligrosas para los perros

Las espigas son las semillas secas de algunas gramíneas (como la avena silvestre o el trigo salvaje) que aparecen en primavera y verano. Aunque parecen inofensivas, estas pequeñas estructuras vegetales pueden representar un riesgo serio para la salud de los perros. Su forma puntiaguda y su capacidad para engancharse fácilmente en el pelaje o en la piel hacen que puedan penetrar en el cuerpo del animal con relativa facilidad. Una vez dentro, no retroceden, avanzan en línea recta, provocando infecciones y daños en los tejidos.

2. Dónde y cuándo aparecen con más frecuencia

Las espigas aparecen sobre todo en zonas rurales, campos sin segar, parques descuidados, bordes de caminos y jardines silvestres. Si bien, es muy probable que también encontremos espigas en esta época en cualquier parque que tengamos debajo de casa. Ten mucho cuidado si paseáis también por descampados. Son especialmente abundantes desde finales de la primavera hasta el final del verano, coincidiendo con el crecimiento y secado de muchas plantas. Este periodo coincide con el momento en que más salimos a pasear con nuestros perros, lo que aumenta el riesgo de contacto. 

3. Cómo afectan las espigas al perro

Las espigas pueden causar desde pequeñas molestias hasta problemas de salud graves. Una vez que se clavan en la piel o penetran por los orificios naturales (nariz, oídos, ojos, genitales o patas), pueden provocar infecciones, inflamaciones e incluso perforaciones si migran a zonas internas. Su principal peligro radica en que muchas veces pasan desapercibidas hasta que ya han causado un problema más complejo.

4. Síntomas de que una espiga se ha clavado

Detectar una espiga a tiempo es clave. Algunos síntomas que pueden indicar que una espiga se ha introducido en el cuerpo del perro son:

  • Cojera repentina después del paseo

  • Rascado o lamido obsesivo en una zona concreta

  • Sacudidas de cabeza constantes (en caso de espigas en los oídos)

  • Estornudos repetitivos, a veces con sangre (si se ha alojado en la nariz)

  • Inflamación, enrojecimiento o presencia de un bulto

  • Secreciones anormales por ojos, oídos o genitales

  • Letargo o decaimiento

Si notas alguno de estos síntomas tras un paseo por zonas con vegetación seca, acude cuanto antes al veterinario.

5. Zonas del cuerpo más afectadas

Las espigas pueden adherirse a cualquier parte del cuerpo, pero hay ciertas zonas especialmente vulnerables:

  • Oídos: muy habitual en perros con orejas caídas o mucho pelo

  • Espacios interdigitales (entre los dedos de las patas). Esta es la zona que más te recomendamos revisar, si habéis paseado por un parque con espigas, estamos segurísimos que llevará más de una, tanto en las patas delanteras como en las traseras

  • Axilas e ingles

  • Ojos y párpados

  • Nariz

Estas zonas deben ser revisadas con especial atención tras cada paseo. Es importante que le dediques entre 5 y 10 minutos a revisar bien dedo a dedo.

6. Cómo prevenir problemas con espigas

La prevención es siempre la mejor herramienta. Algunas medidas que puedes tomar para evitar problemas son:

  • Evitar pasear por campos con hierba alta o seca durante la temporada de espigas.

  • Utilizar peines de púas finas al volver del paseo para retirar posibles espigas del pelaje. En La Casa de Turrón te recomendamos el cepillo con autolimpiado para facilitar la eliminación las espigas.

  • Comprobar visualmente el cuerpo del perro al llegar a casa, prestando especial atención a patas, orejas, ojos y nariz.

7. Qué hacer si crees que tu perro tiene una espiga

Si sospechas que tu perro tiene una espiga clavada, no intentes extraerla tú mismo si no es visible y superficial. Manipular una espiga puede hacer que se introduzca más. Lo recomendable es acudir al veterinario cuanto antes. En muchos casos será necesario anestesiar al perro para retirar la espiga sin causarle dolor ni daños adicionales. Ignorar el problema puede derivar en infecciones graves y la necesidad de intervenciones quirúrgicas.

8. Revisión diaria: el mejor escudo contra las espigas

Tras cada paseo en primavera y verano, dedica unos minutos a revisar a tu perro. Esta rutina simple puede evitar complicaciones importantes. Presta atención a:

  • Las patas, sobre todo entre los dedos y en la zona que apoyan

  • El interior de las orejas

  • Los ojos y la zona del lagrimal

  • Las ingles y axilas

  • Cualquier bulto, enrojecimiento o comportamiento extraño

Haz de esta revisión un momento tranquilo y positivo para el animal. Convertirlo en rutina facilitará detectar espigas a tiempo. En muchas ocasiones, le dolerá o le molestará mientras se las estás revisando y quitando e intentará apartarse o apartar tu mano, desde La Casa de Turrón te recomendamos tener a mano algún juguete para que se entretenga y tú puedas revisarle bien. 

9. Conclusión

Las espigas son un enemigo silencioso pero muy común durante los meses cálidos. Aunque parezcan inofensivas, pueden convertirse en una verdadera amenaza para la salud de nuestros perros si no se detectan a tiempo. La mejor defensa es la prevención: evita las zonas de riesgo, mantén el pelo del perro limpio y recortado, y revisa siempre su cuerpo al regresar de cada paseo. Unos minutos de atención pueden evitar problemas mayores y proteger el bienestar de tu compañero.

Cuidar de tu perro también es estar pendiente de estos pequeños peligros que, aunque muchas veces pasan desapercibidos, pueden tener consecuencias serias si no se actúa a tiempo. 

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